STIRT
Discurso del Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión, Sr. Ricardo Acedo Samaniego, en la firma del acuerdo salarial y contractual
Secretaría del Trabajo y Previsión Social
México, D.F. 31 de enero de 2014
SEÑORAS Y SEÑORES:
Antes que nada, en nombre de los trabajadores a los que representamos y del Comité Nacional del STIRT que me honro en presidir, dejo constancia de nuestro respeto a la institucionalidad aquí expresada para procesar esta revisión salarial y contractual.
Mi reconocimiento a los integrantes de las comisiones respectivas, por su esfuerzo y talento para sacar adelante las negociaciones. Muy especialmente refrendo mi lealtad y compromiso político con los compañeros del STIRT y de los sindicatos fraternos que defendieron las posturas y el pliego petitorio de los trabajadores.
Debo decir que durante todos los años que me ha tocado estar al frente del STIRT, ha sido una constante para mí, decidir al inicio y al final de estas negociaciones una postura que estoy seguro no resulta nunca la más cómoda de escuchar, cuando se supone debería celebrar la armonía y la cordialidad formal que prevalece siempre en este protocolo. Dado mi carácter de Secretario General de uno de los tres sindicatos de la industria, que representa a más de 10 mil trabajadores, debo decir que al llegar a este punto, por un lado, celebro ciertamente -y lo digo con sinceridad- la existencia de este protocolo y sus bondades de civilidad, cordialidad y buen trato propiciados en este nuevo tiempo, por el mejor ánimo y talento de los funcionarios de esta Secretaria y con la fina mano de su titular, nuestro amigo Alfonso Navarrete Prida. No obstante, por otro lado, me queda el lado crítico y para mí el más sustancial de la postura de un dirigente sindical y tiene que ver con verme en la necesidad de reiterar la complejidad de la encrucijada que viven las organizaciones sindicales y sobre todo la amplia masa de trabajadores del país, para hacer efectivas sus demandas y lograr mejoras tangibles en sus niveles salariales y condiciones contractuales.
Empecemos por el asunto salarial. Justo cuando nuestra mesa de negociación estaba operando, todos tuvimos los datos y flujos de información a la mano para saber que la carrera del salario contra el nivel de precios no sólo se perdía día con día, sino también -y he ahí lo más delicado- que el diseño, instrumental y el paradigma de política monetaria y hacendaria, así como la postura empresarial tienen en la contención salarial su principal ancla y piedra de toque.
En otras palabras, La inflación acumulada del año anterior, tanto la oficial como la real difieren en sustancia -ustedes saben, si se mide en el escritorio y se mide en el carrito de un mercado, un super o un abarrotes popular-. Pues la inflación acumulada, para diciembre pasado ya superaba el anuncio que se hiciera de aumento a los salarios mínimos de un 3.9%.
Entrado enero, la inflación oficial ya pegó su primer ramalazo y fue del 4.6% y aunque el Titular de Hacienda nos dice que esta es estacional y no tendencia, la experiencia de los trabajadores y sus organizaciones nos dice que "palo dado, ni Dios lo quita".
El incremento salarial nuestro bajo esa óptica, pues no ofrece mucho para celebrarse. Sí merece y debe reconocerse como un logro de concertación, pero no a cuenta de un "gran esfuerzo empresarial", sino a un episodio más de aportación y sacrificio de los trabajadores que asumen como prioridad la defensa de la fuente de empleo y ratifican un compromiso como bono de confianza hacia el nuevo gobierno.
Es una opción dolorosa que debo insistir, tiene mucho tiempo de estar sujetando la política laboral. Todo el modelo de estabilización mexicano, ha sido colocado en los hombros de los trabajadores y en la escala del salario y a pesar de ello, la fragilidad de los equilibrios sigue latente y en cada nuevo ciclo, la tuerca se aprieta en negativo, con el consecuente efecto precarizador sobre el poder del salario.
Sigamos con el asunto contractual. Debo comentarles que en el STIRT hemos sometido a diversos análisis el Contrato Ley, con fines de modernización y actualización con expertos en la materia. Todos, en su mayoría y con variaciones formales, pero acuerdo de fondo, coinciden en señalar que se trata de un contrato flexible, con candados y fórmulas que dan equilibrio y que ofrece rutas de corrección.
No obstante, es un hecho que en el devenir cotidiano y ordinario de la industria y las empresas que la integran, las tendencias reales de la patronal no son hacia la exploración del Contrato Ley como instrumento de mejora productiva y eficiencia, sino por el contrario, en los hechos se opta por la utilización de rutas alternativas, paralelas y simultáneas que tienden a mermar la administración neta del Contrato Ley a su favor.
La lista de problemas derivado de ello nos ha dado incluso una agenda sindical de actualización y vigilancia de la gestión bilateral, para que no se profundicen los rezagos en tabuladores, convenios de singularidades, recuperación de cuotas, ahorros, IMSS, INFONAVIT, automatización, trabajo de confianza y freelanceo.
Es así y no lo podemos, ni lo debemos ocultar. Dos ejemplos a la mano lo ilustran.
Por un lado, ¿cuántas veces hemos escuchado a la patronal en diversas voces y tonos, argumentar en su legítima demanda por mayor certidumbre jurídica sobre el régimen de concesiones, uso y explotación del espectro, que sus empresas generan 100 mil o más empleos, cuando los tres sindicatos aquí representados sumamos 25 mil, más menos?
¿Que no sería lógico, justo y necesario que pusiéramos sobre la mesa las tendencias y prácticas patronales que subyacen a los 70 mil empleos no sindicalizados donde predominan las variantes de confianza y el outsourcing?
En mi opinión lo debemos hacer, sobre todo en este tiempo, que es cuando están procesándose las nuevas reglas de la industria en las leyes secundarias y muchas de esas prácticas deben ser reguladas y no dejadas al garete como hasta hoy.
Por otro lado, pero en el mismo sentido, los trabajadores una y otra vez hemos manifestado nuestra adhesión y respaldo para la modernización tecnológica de las empresas. En particular el tema de la automatización lo abordamos en la negociación de hace dos años y acordamos ponerle reglas y límites.
Lo cierto es que la tendencia sigue pujante y creciente y se expresa en 36 mil horas a la semana, lo que representa en los hechos desplazamiento laboral y una pérdida de ingresos para los trabajadores de aproximadamente 6 o 7 millones de pesos a la semana.
Tenemos que encontrar una medida para todo esto, lo mismo para el crecimiento del trabajo no sindicalizado que se ha disparado y parece incontenible, que frente a las tendencias de desplazamiento y que no tienen contraprestación ni compensación para los trabajadores.
Señoras y Señores:
Espero sinceramente no lastimar susceptibilidades ni romper con el protocolo, pero es mi deber fijar postura ante una negociación que cierra exitosamente en cuanto a que prevalece el acuerdo básico de preservar la fuente de empleo, pero no en el trasfondo que implica colocar en una mejor perspectiva el papel del Contrato Ley en el futuro de la industria.
El tema duro y de fondo tiene que ver con el hecho de que el modelo laboral que contiene el Contrato Ley se está erosionando por diversas vías.
Fue por ello, precisamente por ello, que forjamos una alianza y un pliego petitorio unificado de los sindicados de la industria.
Porque sabíamos que lo que debíamos y debemos hacer es frenar esas tendencias extremas de flexibilización y poner en equilibrio el lugar que ocupa y debe ocupar el Contrato Ley, no sólo en la situación presente de la industria de la radio y la televisión, sino en el futuro y a la par que se decantan las nuevas leyes secundarias.
No sería ocioso, sino más bien pertinente, pensar en llevar esta postura sindical cetemista unificada al Congreso Federal, para construir un acuerdo que incluya en la letra de las Ley secundaria de las telecomunicaciones, una cláusula que señale con claridad que el futuro de las relaciones laborales en los nuevos desarrollos, empresas e inversiones, deberán respetar los derechos laborales del Contrato Ley de los trabajadores de la radio y la televisión, que amparan la Ley Federal del Trabajo y sobre todo la Constitución.
Los sindicatos aquí representados, tenemos confianza en que las reformas que promueve el Gobierno de la República que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto, estén abiertas al ajuste y al equilibrio, a fin de que efectivamente una vez aplicadas, se expresen en las condiciones salariales y contractuales; y, en general, en el bienestar de la mayoría social.
Muchas gracias.